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viernes, 14 de noviembre de 2014

Mirando una fotografía



Soy un amante de la fotografía, de casi cualquier género de fotografía.
Me gusta la fotografía sociodocumental de Sebastião Salgado, me estremecen las magníficas fotografías tomadas por corresponsales de guerra que captan instantes inolvidables del sufrimiento al que la guerra lleva a la población civil. También me gusta el paisajismo, la fotografía de la naturaleza y la vida animal, la fotografía urbana y los retratos. Me gustan mucho los desnudos femeninos, porque para mí la estética del cuerpo desnudo de la mujer es algo sublime y lleno de posibilidades fotográficas.

Desde muy joven comencé mis pinitos como fotógrafo, montando un rudimentario laboratorio en el cuarto de baño de la casa de mis padres. Con el tiempo fui adquiriendo experiencia, acceso a un buen equipo fotográfico y mis fotos fueron ganando en calidad. Hace ya mucho tiempo que todo éso quedó atrás, pero mantengo mi gusto por la buena fotografía.

La fotografía, como otras formas de arte, es una mezcla de capacidades innatas del autor y técnica. El fotógrafo debe saber ver lo que otros no ven y captar el instante con el mejor encuadre y la luz adecuada. Después vendrá el trabajo de laboratorio que permite mejorar el original obtenido. Pero si el original no es bueno nada puede lograrse en el laboratorio.
Naturalmente hablo de fotografías no manipuladas mediante las modernas técnicas informáticas.

Lo que hoy quiero transmitir es mi forma de mirar una foto sencilla de un paisaje sencillo.

Míradla. Es una foto, en mi opinión,  bellísima. Técnicamente perfecta. Con un reparto de los espacios perfecto.

La imagen recoge el aire, el agua y la tierra. Los tres elementos en los que se desarrolla la vida.

Se aprecian las diferentes texturas. El equilibrio de los sobrios colores es perfecto.

La escalera que desciende hacia el mar, domina toda la parte inferior de la imagen, mientras que las rocas del acantilado, con su color oscuro a esa hora del día, contrasta con la clara arena de la pequeña cala. Las rocas, junto a los bordes de la escalera aportan volumen.

¿Pero qué destaca sobre todo? ¿A dónde se nos van las ojos?

A mí, en primer lugar, a la línea del horizonte. Perfectamente recta. Esa línea delimita con nitidez la parte superior de todo lo demás y se impone al conjunto.

¡Una simple línea recta!

En segundo lugar, la gran masa tornasolada de agua, aparentemente lisa gracias a la iluminación que proporciona un cielo levemente gris, y el momento, cercano a la puesta del sol.

El agua y la tierra se reparten las tres cuartas partes de la imagen aportando un equilibrio perfecto de espacios y tonos.

El resultado final para mí es una fotografía bella. Sencilla pero no simple. Una fotografía que invita al sosiego.

Agradezco a Jorge do Carmo su publicación en twitter.

Dedicado a mi querida amiga Luz.

Majadahonda, 14 de noviembre de 2014.

jueves, 6 de noviembre de 2014

La política española en la encrucijada

En este artículo pretendo aporta mi particular análisis de la situación política actual y de cómo puede evolucionar en el futuro inmediato. No pretendo abrir ningún debate, solo exponer mi opinión.

Cada generación tiene sus valores, pero hay un conjunto de valores morales y éticos, comunes a todas las culturas, que tienen un carácter canónico. El resto evolucionan de forma natural con el tiempo.

El modelo de estado que surgió de la transición de la dictadura franquista a una democracia formal está agotado. Esto es algo evidente. No funciona en el momento actual porque surgió en unas condiciones de excepcionalidad que hoy, afortunadamente, no existen.

No solo el paso del tiempo es causa de su falta de adecuación, también lo es el desgaste sufrido por la perversión introducida en su funcionamiento y en las instituciones básicas del estado por los partidos políticos tradicionales, esencialmente PSOE y PP, y también los sindicatos mayoritarios UGT y CC.OO., patronales e instituciones financieras así como la persistencia de la Iglesia Católica de mantener su presencia en la vida civil pública. Y más, el desistimiento de la ciudadanía a ejercer su papel de vigilancia de la 'cosa pública', limitándose a ejercer como "ciudano-votador" por comodidad, inercia, falta de educación ciudadana... También como fruto del clientelismo que abonan los partidos políticos y por la ausencia de mecanismos que facilitaran ésa función de vigilancia .
Recurriendo al dicho popular: «Entre todos la mataron y ella sola se murió».

Con el curso de los años la derecha -a nivel nacional- llegó agruparse primero en AP y luego en PP, pero no cambió; sigue manteniendo básicamente los principios fundamentales de la derecha española tradicional, convencida que posee el derecho natural a gobernar este país. Pienso que tal vez de existir un partido de extrema-derecha, con todo lo que supone, hubiera supuesto una oportunidad para que en España hubiera un partido conservador homologable con los del resto de Europa.

Por su parte, los partidos de izquierda han ido desnaturalizando su discurso cada vez más, llegando al riesgo de su desaparición. Este un hecho que afecta a toda la izquierda europea y cuya raíz, en opinión mía, descansa en la creencia de que los nuevos tiempos llevaban a la desaparición de la lucha de clases como factor dialéctico de tensión social, gracias a la existencia de una próspera y amplia clase media. La globalización mundial, basada -perversamente- en los mercados industriales y financieros de las grandes corporaciones, junto con la actual crisis económica, se han encargado de quitarles la razón. El aumento de la desigualdad social en el mundo demuestra que la diferencia entre clases persiste y que la igualdad de oportunidades es una quimera en muchos países; entre ellos el nuestro.

El resultado en España es un país en el que la corrupción domina la escena pública, las instituciones carecen de credibilidad, la desconfianza en los partidos políticos tradicionales es absoluta, y por tanto en su capacidad de resolver los problemas. A ésto se suma la desigualdad social, el paro en general y el juvenil en particular, la pérdida de servicios públicos, la desconfianza en la independencia judicial, el índice de pobreza infantil, la falta de perspectiva de futuro  etc., etc., etc.

En resumen, el fracaso de un sistema.

¿Cuáles son las perspectivas de futuro inmediato?
Esperar que los que han generado el problema sean capaces de solucionarlo es ingenuo. Luego solo queda:
1) La posibilidad de que la solución venga desde fuera del sistema.
2) Que se produzca un cambio, una catarsis en el seno de las fuerzas políticas que desemboque en una refundación total de las mismas, sin la participación de sus actuales dirigentes y sin envolver todo ello en el "gatopardismo" del «Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie».
3) O ambas cosas a la vez.
Para mí ésta no sería la solución óptima pero sí la mejor. Aunque no la veo probable en el corto plazo.

Tras las elecciones europeas de mayo el mapa político español ha cambiado por la brillante aparición de Podemos, que ha trastocado los planes de todos los partidos tradicionales, incluidos los nacionalistas.
Su discurso, su capacidad de comunicación y la imagen de su líder, ha penetrado con fuerza y rapidez en los ciudadanos que están profundamente descontentos con el devenir de los partidos y su respuesta a la crisis del sistema, a su incapacidad para impedir el desastre político, económico y social de este país. Ésos ciudadanos que confían en Podemos abarcan todas las edades y simpatías políticas, haciendo de Podemos una opción transversal potencialmente capaz de arrancar votos al resto los partidos políticos y convertirse en una de las primeras, sino la primera, opción de voto para los españoles.

No es posible aventurar, y mucho menos pronosticar lo que sucederá tras las elecciones generales, Podemos ha decidido no presentarse a los comicios municipales aunque parece que si lo hará a las autonómicas. Haré un intento basándome en datos recientes: las encuestas de Metroscopia y CIS, ambas prácticamente coinciden en sus resultados.

Ayer el CIS publicó los resultados de una encuesta sobre intención de voto. En estimación directa de voto los resultados son: Podemos en primer lugar con 17,6% seguido por PSOE con 14,3% y PP con 11,7%. En estimación de voto sobre votos válidos los resultados son: PP con 27,5% PSOE con 23,9% y Podemos con 22,5%. Las únicas conclusiones que podemos hacer son:
1.- El bipartidismo pierde mucha fuerza pero no desaparece totalmente.
2.- Podemos se convierte en la tercera formación política con opciones de gobierno.
3.- Estos tres partidos dominan la escena política, pero es pronto para vaticinar cuál será el orden en el que se colocarán tras las elecciones generales. Los resultados de las autonómicas aclararán las perspectivas.
4.- Cualquiera que sea el resultado de las generales lo más probable es que ninguno pueda gobernar sin recurrir a coaliciones de gobierno con otras formaciones.

El escenario más probable tras las elecciones generales de 2015 es el de un Congreso más fragmentado, con Podemos como representante de una opción radical -no antisistema- que de momento se nutre esencialmente de votantes de IU, PSOE, UPyD y en menor medida del PP (5,3%), descontentos del sistema tradicional de partidos. El PSOE detiene su caída pero no remonta con fuerza. El PP parece mantener una fidelidad de voto suficiente para que su descalabro no sea mayor. IU es la fuerza que más pierde (41%) en su expectativa de voto. UPyD también pierde votos pero en menor proporción,

Los probables resultados electorales obligarán a la formación de coaliciones postelectorales de gobierno, no a pactos puntuales, y aquí se abre una incógnita que solo los resultados definitivos de las elecciones permitirán afrontar.

De mantenerse básicamente este dibujo electoral, será muy difícil lograr un consenso suficientemente amplio para abordar una reforma a fondo de la Constitución y mucho más emprender un proceso constituyente. Sin embargo, es tal el clamor de cambio político e institucional, que el nuevo Congreso tendrá que enfrentarse a modificaciones profundas en algunos aspectos concretos, en los que se podrían alcanzar acuerdos mayoritarios. Me refiero a ley de transparencia, a , una reforma fiscal auténtica que contemple medidas antifraude y una fiscalidad más progresiva, blindar la sanidad y educación públicas así como la ley de dependencia, derogación de leyes aprobadas en la actual legislatura. Denuncia de los acuerdos con la Santa Sede y mayor presencia de la aconfesionalidad que reconoce la vigente Constitución.
En el aspecto económico la derogación de la reforma introducida en el artículo 135 de la CE, reestructuración de la deuda pública, una nueva ley laboral, reforma de la ley hipotecaria, establecimiento de la prohibición de ejecución de desahucios y cortes energéticos en período invernal, reducción drástica del riesgo de pobreza infantil, control de las empresas de producción y comercialización de electricidad, gas y derivados del petróleo, formación de un mix energético con presencia mayoritaria de la producción de energía renovable.
Formulación de un modelo productivo que no genere burbujas económicas e independiente de la estacional, cuyo objetivo sea la reindustrialización del país con base en empresas con capacidad de aportar, mediante la I+D+i, mayor valor añadido, posibilidades de exportación y no contaminantes.
Un modelo de explotación agropecuario basado en la industrialización alimentaria cercana al productor. Protección, no subvenciones, de los precios en origen y persecución de las malas prácticas de intermediarios. Recordemos que nuestro modelo se basa en una economía social de mercado, según recoge la Constitución, y no en una economía de libre mercado.
En fin, estas son algunas de las iniciativas que, en mi opinión, debería abordar la próxima legislatura.

Si se producen los pactos de gobierno que creo indispensables para la gobernación del país, a la vista de los probables resultados electorales, la responsabilidad va a recaer en el PSOE que soportará grandes presiones para formar coalición con el PP. Desde mi punto de vista no lo aceptarían sus votantes y supondría un suicidio político para ésa formación.
Por otro lado considero improbable una coalición con Podemos.

Si no se forman coaliciones, se abren dos escenarios: a) la posibilidad de una nueva convocatoria electoral. b) llegar a una legislatura perdida.
Prefiero no pensar en esa posibilidad.

En resumen, ya ha comenzado un largo periodo electoral que puede abarcar todo 2015, salvo que el Sr. Rajoy nos sorprenda con un adelanto electoral que reuna las municipales y autonómicas con las generales. Es una posibilidad no descartable pero que considero con baja probabilidad de cuajar por dos razones; la primera por la previsibilidad del Sr. Rajoy, que ha manifestado en muchas ocasiones su propósito de agotar la legislatura. La segunda porque lo fía todo a que el tiempo hará que la mejora económica -la que solo ve él y sus ministros- se haga más perceptible para los ciudadanos. Aunque ante el parón que afecta a Francia, Italia y Alemania ya ha obligado a revisar a la baja la perspectiva de crecimiento.

En cualquier caso, los ciudadanos no deberíamos dejarnos llevar por la "seguridad" de lo ya conocido a la hora de decidir nuestro voto, al contrario, debemos hacer un balance de cómo el gobierno actual nos ha tratado durante estos años, qué ha mejorado y qué ha empeorado no solo en nuestra situación personal sino en el conjunto de la sociedad española. Si estamos satisfechos de la labor desarrollada por los ministros nombrados por el Sr. Rajoy o no. Si hemos ganado o perdido en nuestras libertades...

No debemos dejarnos llevar por la iniquidad del miedo e incertidumbre sembrados en torno a Podemos precisamente por los que van a ser sus competidores en las urnas. No estaremos más seguros gobernados por los que son responsables de la situación actual. El miedo lleva "al silencio de los corderos cuando son llevados al sacrificio".

Si confiamos en que alcanzaremos  una democracia real y moderna para este país, ella y nuestra memoria serán las que nos protejan de volver al camino que nos ha traído a la situación actual.


Majadahonda, 6 de noviembre de 2014