BlogTopSites

jueves, 11 de diciembre de 2014

Amistad y Amor

¿Por qué duele más la ruptura en el amor que en la amistad?

La amistad y el amor son sentimientos semejantes y distintos al mismo tiempo.

Amistad implica amor y amor implica amistad. Pero amar es una sublimación del sentimiento que no puedes controlar, al menos hasta que se convierte en cariño auténtico.
En la amistad sí existe ese control.

Cuando cualquiera de esos sentimientos se rompen, el alma sufre y lo hace con la misma intensidad; si te has entregado en ambos.
La ruptura de cualquiera de ellos supone un fracaso.

Hay que tener en cuenta, también, la historia de las partes. Tanto en la amistad como en el amor, la entrega es asimétrica; siempre una de las partes lo hace más que la otra.

En la amistad como en el amor, no es posible la simetría, sencillamente porque se trata de dos individuos intrínsecamente distintos. Amistad y amor funcionan si hay complementaridad y respeto mutuo. En el amor, se añade otro componente que es la atracción física o sexual, aunque, en muchos casos, el resultado final de ese componente sexual termina no siendo igualmente satisfactorio para las dos partes.

Si duele más la ruptura en el amor, es porque, en las circunstancias habituales, amor implica proyectos de futuro, mientras que la amistad no necesariamente.

Así, la ruptura en el amor también significa que esos proyectos desaparecen, y el que se siente abandonado tiene que enfrentarse no solo al vacío que ha dejado la pareja, sino también a la incertidumbre del futuro. Creo que ésa es la diferencia fundamental. Lo demás es mala poesía.

Sin embargo, mi experiencia me ha enseñado que hay circunstancias en las que el amor no precisa de la existencia de un proyecto común de futuro, por ejemplo, si al menos una de las partes tiene una edad significativamente mayor que la otra, o está enferma. En los dos casos hablar de futuro es complicado. Pero, ¿implica eso que no puede surgir el amor?; yo creo que no.

Incluso, más allá de la ensoñación, puede resultar un amor más desinteresado y sincero que cualquier otro anterior.


Majadahonda, 12 de diciembre de 2014.