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martes, 14 de octubre de 2014

El Sr. Rajoy y su gabinete de ministros.

No concibo un Consejo de Ministros formado por un número tan grande de ineptos, presidente incluido.
Tal vez en ésto reside la respuesta.


La crisis originada tras la confirmación del contagio por ébola, el primero en Europa, de una auxiliar de enfermería que formó parte de los equipos que atendieron a los religiosos Miguel Pajares y Manuel García Viejo, repatriados desde Liberia y Sierra Leona, respectivamente, tras haberse contagiado por el ébola y que finalmente fallecieron en el Hospital Carlos III de Madrid, a abierto un extenso e intenso debate público entre otras cosas, por la gestión sanitaria del gobierno, y en concreto de la titular del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la Sra. Mato, respecto de las dos repatriaciones así como de la natural alarma que se ha despertado entre la población.

Esta situación me ha hecho reflexionar sobre el perfil del conjunto de ministros que formaron parte del primer gabinete del Sr. Rajoy.  Lo juzgo de interés porque de él se deriva la actividad del gobierno de España en los tres últimos años y la que cabe esperar a lo largo del próximo, en el que tendrán lugar elecciones Municipales, Autonómicas y Generales. 

La primera constatación que hago es que el Sr. Rajoy, de 59 años de edad,  no es un político, es un gestor, un mal gestor. De profesión Registrador de la Propiedad, como es conocido, y como tal gobierna en estos momentos España.

Carece de todas las cualidades demandables a un político. Su verbo corresponde al de un opositor, no a un líder político, de hecho todos hemos podido ver que siempre recurre a la lectura en sus intervenciones públicas, así en el Congreso y el Senado, como ante sus militantes y simpatizantes. Es un hecho evidenciado en multitud de ocasiones que rehuye de forma clamorosa sus encuentros públicos y en particular con los medios de comunicación. 

Se le acusa, en mi opinión con razón, de practicar el "dontancredismo", no en el sentido de "impertérrito ante el peligro" sino en el de "el que no toma decisiones y deja que los problemas se resuelvan solos". Esta actitud la ha manifestado en multitud de ocasiones, lo hemos visto recientemente respecto a la "contrarreforma" de la ley del aborto y la dimisión del exministro Sr. Gallardón, y lo venimos viviendo desde hace dos años respecto de la propuesta soberanista catalana.

Será una cuestión endocrina o una actitud adoptada que le haya ido bien en el pasado, pero hoy es Presidente del Gobierno de España y no debería practicarla porque es sinónimo de la "no-política". Por cierto, recordemos que no es el primero en hacerlo estando al frente del gobierno de España, Francisco Franco era un experto en esa estrategia.

El Sr. Rajoy destacó en sus estudios y en la oposición de Registrador de la Propiedad. Con 24 años se convirtió en el registrador más joven de España. Fue destinado a Padrón (La Coruña), a Villafranca del Bierzo (León) y a Santa Pola (Alicante) destino del que aún es titular.

Su llegada a la política fue temprana, quizá por influjo familiar. En 1981 fue elegido diputado de la Xunta de Galicia en las listas de AP en las que fueron las primeras elecciones de ésa autonomía. Desde 1983, en que fue nombrado Presidente de la Diputación de Pontevedra, hasta hoy ha sido de todo en política. 

Rajoy sirvió como ministro en los gobiernos de José María Aznar en diversas carteras -Administraciones Públicas, Educación y Cultura, Presidencia, Interior, y de nuevo Presidencia y Portavoz del Gobierno-  entre 1996 y 2003, y como Vicepresidente Primero del Ejecutivo de 2000 a 2003. Es decir, cuatro ministerios y una vicepresidencia en siete años, todo un récord.

En septiembre de 2003 fue elegido por el Sr. Aznar como su sucesor. Desde entonces y hasta 2004, cuando fue elegido presidente del Partido Popular en el XIV Congreso de la organización, desempeñó el cargo de Secretario General de la misma. Anteriormente había ocupado el cargo de Vicesecretario General desde enero de 1999.

Cabría esperar que tras este recorrido de cargos públicos hubiera cuajado un 'animal' político, pero esa cualidad no la da la experiencia administrativa, se es o no se es, o dicho a la manera clásica: «Quod natura non dat, Salmantica non præstat». De manera que en lo que ha cristalizado el Sr. Rajoy es, como queda dicho, en un gestor con amplia experiencia, pero de ningún modo en un político de calidad.

Ante los problemas graves la posición favorita del Sr. Rajoy es de perfil, tratando que el problema pase sin tocarle. También ha sido tachado repetidamente de indolente, de carecer de iniciativa propia, de mostrarse cómodo ante las órdenes que recibe y de cobardía "política". Características incompatibles con la actividad política de un Presidente de Gobierno.

El domingo 6 de julio de 2014, el periodista, fundador y exdirector del diario El Mundo, el Sr. Pedro J. Ramírez, publicó en el diario El Mundo, en su semanal "Carta de un arponero ingenuo" una columna titulada "Estólido en su estrago" que reproduzco aquí en su mayor parte. 

«No hace falta imaginar a Rajoy de tal guisa ni a Cospedal, Floriano, González Pons, Arenas y demás ejecutivos de Génova con greñas y taparrabo para detectar que en esa endogamia de ida y vuelta está la raíz de la farsa que desvirtúa el principio de representación política y bloquea toda capacidad de respuesta a la crisis que corroe al PP. Mariano sólo depende de quienes a su vez sólo dependen de Mariano. […] Me alegró que el nuevo director de El Mundo criticara hace dos semanas en su Hoja de Ruta "que el PP crea que Rajoy y sólo Rajoy garantiza la estabilidad en España"».

Añade:
«En ese atrincheramiento entorno al líder de los diputados colocados por él en las listas cerradas y bloqueadas que constituyen el "¡trágala, perro!" de la partitocracia, estuvo la clave de que nadie le exigiera hace un año la dimisión que se hubiera producido inexorablemente en Alemania, Francia o Reino Unido -países en los que en mayor o menor medida el escaño depende de los ciudadanos- si uno de sus homólogos hubiera enviado un SMS de apoyo al tesorero de su partido dos días después de que se hiciera público el descubrimiento de su inmenso botín oculto en Suiza».

Y concluye:
«¿Cuáles son los logros de Rajoy en dos años y medio de mayoría absoluta además de haberse puesto hábilmente de perfil con sus reformas a medio gas y un rescate sólo financiero a esperar, cual acomodaticio tecnócrata, la ola de la recuperación económica europea? Para desesperación de los suyos, la política ni está ni se la espera. Con tan magra tarjeta deposita ahora todas sus esperanzas en los delirios dictatoriales de Podemos pues, a diferencia de Roosevelt, si hay algo a lo que él no teme, todo lo contrario, es al miedo mismo. ¿Qué mejor resorte para atraer a los demás a su parálisis? Veremos cómo le sale ese peligroso juego de las siete y media, en el que cuenta con la degollina ritual de algunos de sus barones como parte del amedrentador atrezo, pero el PP ya tiene nuevo lema electoral: "In Fear We Trust"».

El Sr. Pedro J. Ramírez es una persona controvertida y en estos momentos enemistada con el Sr. Rajoy, pero también es un gran periodista que conoce muy bien al Sr. Rajoy y los entresijos del PP, por lo que sus opiniones a este respecto deben ser tenidas en cuenta.

También quiero mencionar el artículo publicado en El Confidencial, el pasado 7 de octubre, por el periodista y antiguo director de ABC José Antonio Zarzalejos, con el que no comparto ideología pero admiro por sus conocimientos, análisis político y claridad expositiva. El artículo se titula "Cambie el Gobierno y cambie usted, señor Rajoy" y de él entresaco el primero y parte del tercer  párrafo: 

«¿Es Rajoy perseverante o es tozudo? El primero es el hombre constante; el segundo es el que se mantiene en su actitud aunque se le ofrezcan buenas razones para que la cambie. Transcurridos ya casi tres años de legislatura, parece querer labrarse una cierta leyenda urbana en torno a sus presuntas –y reales, que tenerlas las tiene– cualidades. Entre estas estarían el manido manejo sabio de los tiempos y la perseverancia. Pero cuando el manejo del tiempo se resume en el aplazamiento sistemático de las decisiones y la perseverancia en un comportamiento impermeable a razones que lo contraríen, estamos ante una personalidad política problemática».

«[...) Rajoy nos detiene en el tiempo y así podría sucedernos lo que advertía Roosevelt sobre las grandes democracias: que deben progresar (avanzar) “o pronto dejarán de ser o grandes o democracias”. El presidente también presenta rasgos de incomunicación con su entorno e interlocutores y, en consecuencia, desoye el consejo de Churchill que definía la democracia como la “necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”».

La mediocridad personal es una característica del Sr. Rajoy que contribuyó en su día a ser elegido por el Sr. Aznar como su sucesor, esperando poder mantener su influencia omnímoda en el partido y en el gobierno, en unos momentos en los que la victoria electoral del PP la daban por descontada. Me estoy situando a finales de 2003. Pero el cúmulo de errores políticos y de gestión cometidos por el gobierno del Sr. Aznar en su segunda legislatura -Yak 64, Prestige, Guerra de Irak- su forma prepotente de gobernar -caracteristica del PP con mayoría absoluta-, y finalmente su gestión del 11-M, dieron al traste con esas expectativas.

Hoy día, todos conocemos cómo acabó la relación entre ambos políticos.

Hay otro rasgo en el carácter del Sr. Rajoy a tener en cuenta, su desconfianza en las personas, que le lleva a procurar rodearse de aquellos  de probada lealtad y sumisos a sus ordenes.

Aunque viene de lejos, tampoco es tan extraña ésa desconfianza, a la vista de los sucesivos ataques, desde dentro de su partido, que tuvo que hacer frente tras la derrota electoral de 2008 y después de los casos de corrupción que en los que se encuentran imputados numerosos cargos del PP e incluso el propio partido. Curiosamente él, antiguo Vicesecretario y Secretario General del PP niega siempre "haber estado al tanto de esos hechos".

Ausencia de capacidad política, mediocridad y desconfianza son componentes suficientes para que una personalidad así tienda a rodearse de individuos de similares características, en lugar de optar por aquellos que superan sus cualidades, los que están más capacitados que él. El resultado siempre será el mismo, cualquier equipo que forme será un equipo de escasas cualidades, que solo podrá obtener logros importantes llendo arrastras de los éxitos de los demás. En este caso, el gobierno del Sr. Rajoy solo obtendrá logros importantes para el país en la medida que los gobiernos de otros países obtengan éxitos que España pueda rentabilizar.

Cuando los trece ministros de su gabinete juraron sus cargos el 22 de diciembre de 2011, el Sr. Rajoy dijo: "He intentado hacer un Gobierno de gente competente". El tiempo ha demostrado que la frase era incompleta, pues debería haber añadido: "pero no lo he conseguido y ésto es lo que hay".

Por eso creo que cuando el Sr. Rajoy eligió a los miembros de su gabinete no lo hizo, conscientemente,   basándose en criterios de idoneidad, sino:
1) A algunos con criterios de fidelidad perruna -habían trabajado con él y le debían los cargos anteriores-.
2) A otros por experiencia de gobierno -aunque no precisamente exitosa-.
Uno de ellos tiene el encanto de dar malas noticias económicas, como la subida del IVA, mientras que se ríe y suelta chascarrillos.
Con otro había pactado que terminaría en Europa de Comisario, si podía engañar a ésos europeos tan quisquillosos respecto de sus negocios petrolíferos.
Otro era vendedor de armas, que ahora tienen mucha salida.
3) Otros dos por ser especialistas en marchas militares, vírgenes y rezos.
 4) Uno por su desparpajo, conocimiento de idiomas y parlanchín -al parecer, requisitos idóneos para representar al Reino de España en otras tierras-.
5) Otro por su experiencia en la  quiebra de Lehman Brothers y salir indemne -no fuera a ser que con la crisis heredada...-.
La visión de la evolución económica de este ministro se estudia en las mejores Universidades del mundo mundial, desde que siendo Secretario de Estado de Economía dijo:
«[En España] no hay burbuja inmobiliaria, sino una evolución de precios al alza que se van a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencias en los procedimientos de urbanismo. (ABC, noviembre de 2003)».
6) Otro no sé porqué, quizá porque le debía un favor a raíz del XVI  Congreso Nacional del partido que terminó con la salida de María San Gil, y lo sacó de Canarias, donde no es bien visto tras haber sido imputado por varios delitos de corrupción política y urbanística. Es una persona con claro perfil de trepa que me recuerda al Sr. Zaplana. 
7) Otro porque es un polemista polémico y ambicioso, ideal para afrontar el lío ése de la reforma del modelo educativo que todo gobierno debe afrontar -además el Sr. Rajoy había aprendido que ésa reforma la haces al principio o no llega a entrar en vigor, de modo que ministro se amortizaría pronto-.
8) Otra porque el Sr. Aznar le había dicho:  "Mariano, dale un ministerio, a tí qué más te da, si es mudita, no te dará problemas". El Sr. Rajoy, siempre obediente a sus jefes, le asignó al ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, un ministerio cuyas funciones de sanidad están transferidas casi en su totalidad a las CC.AA., y con poco riesgo de que en él cometiera errores. 
8) Y por último, pero no menos importante -como se dice en inglés- uno que había que quemar "políticamente" porque era un pesado que quería ser ministro y tenía constantes broncas con la "lideresa" del PP en Madrid -la verdad es que estaba harto de ambos, pero primero uno y después otro, no de dos en dos, como hacía el abuelo Paco, que ése si los tenía bien puestos-.

Lo cierto es que ese ministro, que pidió la cartera de Justicia para honrar a su señor padre -Dios lo tenga en su Gloria- gozó como un niño durante el tiempo que estuvo en el ministerio. Se despojó de la piel de cordero en la que se había envuelto durante años y surgió el lobo ambicioso que siempre fue. Destrozó la relación del ministerio con los administradores de la justicia y los administrados. Se enfrentó a las mujeres -que hace falta ser idiota; es con una y siempre pierdes- y todo por darle gusto al Cardenal Rouco -¡qué masoquismo!- y ahora los dos están fuera de juego.
¡Qué hábil eres Mariano! Se dijo así mismo, y Arenas remató ¡Muy bien, campeón!

Entonces, el Sr. Rajoy apreció que le faltaba nombrar a alguien que hiciera el trabajo duro por él y rompiera el riesgo que suponía ser trece en el gobierno -él y los doce elegidos-. Volvió a leer la nómina de los doce -por si alguno podía valer, pero vio que no-, y llegó a la conclusión de que debía ser una mujer inteligente, como gran capacidad de trabajo y que no estuviera muy metida en los líos del partido -él sabría porqué- y se decidió por nombrar una Vicepresidenta para todo. Y ahí sí acertó -al menos en mi opinión, y con algunos peros-. De esta manera ahora tenemos una Vicepresidenta que tiene la responsabilidad de atender los once cargos que tiene en sus manos.

Y así el Sr. Rajoy formó su primer gabinete de ministros, con una edad media en estos momentos de 58 años.
- De ellos tres no están afiliados al PP.
- Siete carecían de experiencia en la Administración Pública Central en el momento de su elección.
- Dos son miembros supernumerarios del Opus Dei.
- Cuatro son fervientemente religiosos y muy próximos a la Obra.
- Y dos que, al parecer, hablan directamente con la Virgen y, según algunos, son los encargados de dirigir los rezos antes del inicio del Consejo de Ministros.

En definitiva, un gabinete de ministros de muy bajo o nulo perfil político, igual que el Sr. Rajoy. Un gabinete de ministros técnicos y gestores sin relevancia, igual que el Sr. Rajoy. Todos dependientes de Moncloa, un lugar donde se espera que haya un Presidente de Gobierno que no existe.

El Gobierno del Sr. Rajoy, que suele definirse como una persona normal, un españolito de pie que hace las cosas “como Dios manda”, refuerza la  imágen tópica de la España «de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta […]» que cantara el poeta Antonio Machado.

Y, encima, anuncian a bombo y platillo que con el Gobierno del PP habrá una Regeneración Democrática. ¡No me lo puedo creer!

Y vuelvo al principio: La probabilidad de reunir tanta ineptitud entorno a la mesa del Consejo de Ministros es directamente proporcional a la incapacidad política del Presidente de Gobierno. Un hecho que no podremos cambiar hasta las próximas elecciones. Un hecho que tiene como consecuencia la actual situación de los españoles y de su futuro. Un hecho que se traduce en un gobierno que utiliza la mentira sistemáticamente en su política de comunicación, tratando a los ciudadanos como tontos que no se dan cuenta de nada. 

Este es el gobierno que ha afrontado la crisis económica con el sencillo método de aplicar, punto por punto, la política dictada por la Sra. Merkel, el FMI y la OCDE, sin presentar ninguna reticencia ni aportar ninguna alternativa que evitara la pobreza y la desigualdad social del pueblo al que se comprometió a servir. Simplemente obediencia, porque es lo que han hecho siempre, obedecer al jefe, obedecer a su Iglesia y porque carece de ideas propias, del nivel político, la energía, la valentía y audacia necesarios, y también porque comparte la misma ideología neoliberal que ellos, aunque sea a costa de traicionar y sacrificar a su pueblo.

Algunos dicen que cada pueblo tiene el gobiernos que se merecen. Yo lo niego, niego que los españoles nos merezcamos este gobierno, que no es el mío porque no lo voté, pero sí lo es porque lo votaron libremente muchos conciudadanos, con los que no comparto ideología, pero respeto, y que, igual que yo, hoy deploran la acción de este gobierno.

Un gobierno de mediocres que gracias a la aritmética parlamentaria gobierna con un poder absoluto, que  se asienta sobre el desánimo, el cansancio, el miedo y la sumisión. Por eso hemos de luchar contra él. Para que no vuelva a lograr una victoria electoral en mucho tiempo.

NOTA: El post se completa con otro, titulado "ANEXO Datos sobre los ministros del primer gobierno del Sr. Rajoy", y que publico al tiempo que éste. 

Majadahonda, 14 de octubre de 2014

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